Desigualdad de género con edilesas, otra de las fallas del sistema político

  • En Bogotá se eligieron, en 2020, 177 ediles y edilesas y preocupa que solo 52, es decir, el 30 por ciento, son mujeres. Aunque se cumple la Ley de Cuotas, las mujeres siguen siendo un grupo minoritario y con menor representación.
  • La Personería de Bogotá evidenció que persisten dificultades a las que se enfrentan las edilesas al posicionar una agenda con enfoque de género y liderazgo femenino, pues los hombres consideran que es un tema que no les compete, por lo que crean impedimentos para que estos proyectos puedan ser ejecutados.

Bogotá, D. C., 25 de agosto de 2023 @PersoneriaBta. La inequidad de género en el marco político sigue siendo un tema delicado en las juntas administradoras locales (JAL). Si bien se conoce que el medio político es históricamente patriarcal, las mujeres han venido haciéndose un espacio con el fin de lograr su derecho a la participación y la representación política.

Las leyes internacionales y nacionales se han enfocado en garantizar este derecho, no solo a partir de la Constitución, sino de diferentes leyes y políticas públicas. Un ejemplo es la Ley de Cuotas. Pese a ello, siguen existiendo prácticas sociales conocidas como estereotipadas y violencias, que perpetúan la desigualdad entre hombres y mujeres a la hora de exigir sus derechos.

En Bogotá, para el periodo 2020 - 2023, se escogieron un total de 177 ediles y edilesas, de este número solo 52, que equivale al 30%, son mujeres, lo que representa un grupo minoritario y con menor representación.

Luego de analizar el estudio realizado por la Personería de Bogotá, se concluyó que los aspectos de la segregación no se deben a falta de preparación o desconocimiento de sus localidades. El 85% de ellas han vivido por más de 10 años en los espacios que ahora representan, lo que les permite comprender las necesidades del territorio.

En el aspecto académico, el 95% de las entrevistadas cuenta por lo menos con un título de pregrado. Lo que no justifica la baja preferencia hacia su liderazgo. Es más, todas mencionan haber sido víctimas de tratos discriminatorios, estereotipados o violentos por ser mujeres. Esto nos lleva a analizar los obstáculos en el ejercicio del cargo, que pueden ser divididos en tres categorías: Primero, política y violencia; segundo, barreras en el posicionamiento de la agenda política y el liderazgo; y tercero, desigualdad de partida y entrada al ámbito político.

Por ejemplo, parte de estas violencias de género a las que las edilesas han estado expuestas se comprenden en violencia institucional, en la cual las personas dentro de la institución favorecen a los hombres y les presentan trabas o dificultades a la hora de querer ejercer sus labores; violencia psicológica, en la cual se desacredita y minimiza el trabajo de las edilesas por el hecho de ser mujeres; violencia patrimonial, en donde se les ponen obstáculos económicos que no permiten el cumplimiento de sus labores; violencia simbólica, que se basa en la reproducción de estereotipos y prejuicios contra las mujeres; violencia física, golpes, apretones, empujones; y violencia sexual, acoso sexual, piropos, tocamientos.

A esto hay que sumarle las trabas por posicionar una agenda con enfoque de género y liderazgo femenino, pues los hombres consideran que es un tema que no les compete, por lo que crean impedimentos para que estos proyectos puedan ser ejecutados.

Ante este panorama el Personero de Bogotá, Julián Pinilla Malagón, señaló que desde la entidad “rechazamos cualquier tipo de violencia contra las mujeres en política y propendemos porque se brinden espacios de participación y representación política libre de discriminación. La mujer en política no representa una cuota sino la vida y el futuro de nuevas generaciones”.

Y es que el hecho de que se le suela asignar a las mujeres y no a los hombres las tareas del hogar y del cuidado, hace que ellas deban cumplir con jornadas dobles (una dentro de sus hogares y otra en sus lugares de trabajo). Sin embargo, a pesar de estas limitaciones y barreras, las edilesas expresan que han logrado abrirse un lugar dentro de las JAL y posicionar acciones y proyectos educativos, culturales y sociales que promuevan la equidad de género. Esto gracias a redes de mujeres y, más importante aún, al apoyo y respaldo que se han dado unas a otras.

Como guardianes de los derechos de la vida y de las buenas prácticas en la política pública, así como de las mujeres, concluimos que el ejercicio de la política sigue siendo un espectro espinoso para ellas por situaciones de discriminación, violencias y exclusión a las que se enfrentan.

Sin embargo, la resiliencia, resistencia y sororidad han sido elementos claves que han permitido que las mujeres sigan en este campo y cada vez puedan abrirse más espacio. En esta nueva jornada electoral que se acerca, solicitamos que haya garantías reales y protección frente a los derechos políticos y participativos de las mujeres por parte de todas las entidades que tienen competencia en el proceso.

Modificado por última vez en Vie, 25 de Ago de 2023