Improvisación e irregularidades en la construcción del bicicarril de la Calle 13

● La obra contratada por urgencia manifiesta se terminó de adecuar en la vía en diciembre de 2020, con un costo de más de $1.378 millones.
● Un mes después el Distrito determinó su inconveniencia y decidió que debía ser desmontada.
● Luego ordenó a la Unidad de Mantenimiento Vial construirla de nuevo, ahora en el andén, por otros $1.378 millones.
● Se planteó construir la obra desde la Avenida Boyacá hasta la carrera 135, sin embargo, sólo la realizó desde la carrera 97.
● Hubo paralización del tráfico por instalación del bicicarril en la vía, retraso en la ejecución del contrato e improvisación en la planeación de la obra.
● Se presentó elección irregular del contratista de obra y uso errado de elementos permanentes mas no temporales.
• Por los referidos hechos se inició indagación preliminar con la finalidad de verificar si se incurrió en irregularidad que sea constitutiva de falta disciplinaria e identificar a los posibles responsables.

Bogotá, D.C., septiembre 03 de 2021 (@PersoneriaBta). La Personería de Bogotá encontró improvisación e irregularidades en la construcción del bicicarril en la Calle 13, entre las carreras 135 a la 100, que tuvo un valor total superior a los $2.757 millones.

El Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) primero contrató, el 29 de mayo 2020, por un valor total de $1.511 millones, de los cuales se ejecutaron, $899 millones, para la instalación de barreras de segregación en concreto tipo New Jersey, con el propósito de adecuar un bicicarril en la calzada del corredor de la calle 13, entre las carreras 135 a la 100.

Además, la Secretaría Distrital de Movilidad realizó una inversión de $479 millones para el control semafórico y señalización del tramo, con una inversión total de más de $1.378 millones. La obra terminó en diciembre de ese año.

El Distrito, un mes después, en enero de 2021, ante la grave afectación en la movilidad vehicular en el sector, ordenó quitarlos y direccionó de nuevo la construcción, ahora con andén y sobre una zona de reserva vial al costado de la calzada existente, con la Unidad Administrativa Especial de Rehabilitación y Mantenimiento Vial (UAERMV), por $1.378 millones. El Distrito planteó construir la obra desde la Avenida Boyacá hasta la carrera 135, sin embargo, sólo la realizó a partir de la carrera 97.

Un tramo de la obra podría ser construida en 2023, si el Distrito decide prolongar Transmilenio por la calle 13, de la carrera 50 hasta la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO), según contrato de consultoría para una solución definitiva al problema de movilidad del sector.

Esta aparente falta de planeación, que no tuvo en cuenta los diseños existentes y ejecutó el proyecto en dos oportunidades, con la consecuente pérdida de recursos públicos, podría ser constitutiva de una falta disciplinaria y haber ocasionado un detrimento patrimonial. Por eso, el Ministerio Público Distrital inició una indagación preliminar para determinar si los hechos señalados tienen incidencia disciplinaria e identificar a los posibles responsables, asimismo enviará copia a la Contraloría de Bogotá para la investigación fiscal correspondiente.

La historia

Como consecuencia de la situación epidemiológica causada por el COVID-19, el 12 de marzo de 2020, el Ministerio de Salud declaró la Emergencia Sanitaria. El 16 de marzo, la Alcaldía Mayor declaró la Calamidad Pública. La Presidencia, el 17 de marzo, declaró el Estado de Emergencia Económica, Social, y Ecológica y el 20 de marzo adoptó medidas de urgencia en materia de contratación durante el estado de emergencia. El 13 de abril, el Minsalud estableció medidas de bioseguridad en el servicio de transporte.

El 12 de mayo, el IDU declaró la urgencia manifiesta para prevenir, contener y mitigar la emergencia sanitaria y contratar de manera directa la construcción de ciclorrutas y la ampliación de estaciones de Transmilenio.

Un concepto de la Secretaría de Salud del 30 de abril, consideró que el uso de la bicicleta es uno de los modos más seguros de movilización de personas en la pandemia y que las medidas de la Alcaldía Mayor indican, que el uso de ciclorrutas contribuye a romper la cadena de transmisión y disminuir la presión sobre el sistema de transporte. Según la Universidad de los Andes, la mitigación del Covid en el transporte, se puede lograr, entre otras, con el uso de modos alternativos de movilización, como la bicicleta.

Apoyado en la urgencia manifiesta y en el concepto, el IDU, de forma directa, omitiendo los procesos de selección aplicables, contrató, el 28 de mayo, el suministro de elementos de segregación (barrera de seguridad) en concreto tipo new jersey para la adecuación de ciclorrutas en calzada, en diferentes vías de la ciudad, como medio alterno de movilización para prevenir el Covid-19.

Problemas

La Secretaría de Movilidad determinó en la calle 13, de las carreras 135 a la 104, instalar unas barreras de seguridad para generar una ciclorruta en calzada de forma temporal. El IDU estableció que el contratista debía certificar la experiencia con el cumplimiento de contratos con el Instituto, pero la constancia entregada por la firma evidencia la ausencia de este requisito.

Pese a la premura para el desarrollo de la medida, desde la declaración de urgencia manifiesta y hasta la suscripción del acta de inicio del contrato se tardó 26 días, mientras elaboraba el documento técnico soporte, hecho que de haberse analizado podría haber incidido en la decisión de celebrar o no el contrato por urgencia manifiesta o, haber construido una ciclorruta permanente, en un costado de la vía, utilizando para ello, el contrato y los recursos permanentes que tiene para ello, la UAERMV.

Para el bicicarril temporal, el IDU estimó la instalación de 4.237 prefabricados, 2.218 serían implantados en el tramo de la calle 13, en 3,47 kilómetros. Entre el 8 de julio y el 7 agosto de 2020, el contratista avanzó en la fabricación de 2.000 elementos, pero solo se realizó el descargue y alineación de 114 de ellos, porque el Distrito realizó una prueba piloto para determinar el comportamiento con la instalación de anclajes.

Transcurridos 3 meses de ejecución, el avance del contrato sólo fue del 3%. Al 7 de septiembre sólo se habían suministrado 123 elementos y algunos sistemas de anclaje del piloto. El IDU empleó el 75% del plazo contractual para definir aspectos técnicos del contrato que no fueron previstos y coordinar con la Secretaría de Movilidad y la UAERMV, la señalización y mantenimiento. El contrato fue adicionado 2 meses y terminó en diciembre.

Otro de los argumentos de la necesidad inmediata del contrato era disminuir los siniestros viales con ciclistas. Dado que en 2017 hubo 11, 9 en 2018, al igual que 2019, pero en 2020 la cifra aumentó de nuevo a 10 siniestros.

Desde que se iniciaron las labores para la adecuación de esta ciclorruta (de agosto a octubre de 2020), se agudizaron los problemas de movilidad en el tráfico automotor de este corredor, por la alta demanda de vehículos que circulan desde y hacia los municipios aledaños que conectan este tramo con Bogotá y la poca capacidad del segmento vial. Por la demora en la ejecución del contrato, producto de la falta de planificación, la movilidad del sector colapsó, desatando las protestas de actores viales y residentes del sector, quienes se vieron afectados por el aumento en los tiempos de desplazamiento.

La Personería estableció que el Distrito contaba con estudios de tráfico y diseños para la implementación de espacios destinados a la movilidad en bicicleta con una ciclorruta trazada en el sector de la calle 13, sin afectar a los demás actores viales. No obstante, desconociendo los mencionados estudios y el sentido de “temporalidad” definido como medida transitoria dada la situación de epidemia presentada; de manera improvisada y con elementos fijos se contrató su instalación sobre la calzada, lo que si ocasionó una parálisis en el servicio de transporte de vehículos.

En total, en más de 6 meses, la inversión para la implantación de la ciclorruta sobre el corredor de la Calle 13 sumó $1.378.759.264, de los cuales $899.632.847 corresponden al IDU para la instalación de las barreras de segregación y $479.126.417 de la Secretaría de Movilidad para el control semafórico y la señalización del tramo.

Otra vez la obra

En enero de 2021, el Distrito optó por reformular la infraestructura, es decir, solo un mes después de la terminación del contrato, planteando una solución a mediano plazo en el costado sur de la calzada de la calle 13, entre la Avenida Boyacá y la carrera 135, con una longitud total de 7,2 km, en la que se construirá una ciclorruta con andén, para el tránsito de peatones y biciusuarios.

De esa forma, la UAERMV asume su construcción, pero sólo desde la carrera 97 hasta la carrera 135, con un costo de $1.378.759.264, en un plazo de 5 meses, lo que indica que la obra de la ciclorruta la podía ejecutar el Distrito, con maquinaria, mano de obra y materiales propios, sin acudir a procesos de contratación directa por urgencia manifiesta, desde mayo de 2020.

Eso no es todo, si el Distrito decide prolongar Transmilenio por la calle 13, de la carrera 50 hasta la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO), con la consultoría existente, la obra se haría tres veces.

Modificado por última vez en Vie, 03 de Sep de 2021