En una visita a la clínica Jorge Piñeros Corpas, la Personería de Bogotá encontró falta de personal médico e insumos, desaseo, ascensores dañados y otros funcionando en malas condiciones, servicios especializados cerrados, pacientes hacinados y sin atención en urgencias (algunos llevan tres días en el piso), empleados sin pago y, en general, una situación crítica que pone en riesgo la vida de los usuarios.
El tiempo de espera en el servicio del área de urgencias sobrepasa las cuatro horas y los pacientes priorizados, por el tipo de diagnóstico, deben esperar, en promedio, una hora para que sean valorados.Algunos enfermos que ameritan aislamiento, siguen en urgencia con los demás pacientes en condiciones de hacinamiento.
Dotación e infraestructura
Según los empleados, una sola empresa es la responsable del suministro de medicamentos, insumos y todo el equipo y material médico. Sin embargo, esos elementos escasean en cantidad o calidad.
Por ejemplo, faltan implementos básicos como guantes de manejo y toallas de papel. Se evidencia que no se ha realizado mantenimiento a los equipos médicos especializados, como los de la sala de cirugía cardiovascular.
Desde agosto de 2015, la Secretaría de Salud realizó el sellamiento de cuatro quirófanos por no cumplir con los requisitos de habilitación para su funcionamiento. Actualmente existen ocho salas de cirugía, pero cuatro siguen cerradas.
El ascensor de traslado de pacientes viene fallando desde hace cuatro años, según los empleados de la clínica, desde el 6 de enero de 2016 se dañó definitivamente. El servicio del aparato ha causado múltiples reprogramaciones de cirugías y procedimientos, principalmente las cardiovasculares, servicios que se encuentran suspendidos. El ascensor de carga funciona con problemas.
El aseo de la institución es deficiente en muchas áreas, situación que favorece los procesos de infecciones. Los baños de los usuarios no se encuentran en buenas condiciones y la gran mayoría sucios. La infraestructura del área de urgencias se encuentra gravemente deteriorada, paredes sin pintura y en condiciones de daño severo.
Personal
El personal médico y de enfermería, que en el momento de la visita se encontraba trabajando, es insuficiente para la alta demanda del servicio, promedio de 250 pacientes en sólo urgencias.
Los funcionarios se encuentran desmotivados por la falta de pago, hecho que ha generado un alto número de renuncias, deserción laboral, sobrecarga de trabajo y, por lo tanto, falta de sentido de pertenencia y cuidado en la atención de los pacientes.
El personal médico es poco humano, no brinda información clara a los pacientes ni a los familiares, lo que se traduce en insatisfacción por parte de los usuarios. Además, la comunicación entre el personal de enfermería y el de referencia no es clara. El traslado de pacientes graves a otras entidades demora más de un día, pese al riesgo que representa no obtener una atención especializada inmediata.
Sin servicios
En la Jorge Piñeros Corpas no cuentan con la especialidad de Hematoncología y cirugía oncológica pediátrica. Al parecer, se cerró el contrato con los especialistas dejando a varios pacientes en espera para tratamientos oncológicos que no deben ser interrumpidos y no son remitidos a otras instituciones.
Gracias a la visita de la Personería, de manera exitosa se logró el traslado de 17 pacientes que se encontraban esperando dicho proceso a diferentes entidades de salud.
Hace dos semanas la Personería de Bogotá había advertido que existían más de 300 casosde las EPS Café Salud y Cruz Blanca sin resolver por demora en atención a pacientes y ahora se conoce la denuncia de la familia de Rubiela Chivará, fallecida ayer en un andén de la calle 116 con Autopista Norte, debido a una supuesta negligencia en su atención médica.
Ante estos hechos y la demora en recoger el cuerpo de la señora, el Personero Distrital, Ricardo María Cañón Prieto calificó la situación como absurda. “No se puede ser tan indolente.No es posible que una persona espere 4 o 5 horas a que recojan a su progenitora de un andén y la gente sólo mire. Necesitamos pedirle perdón a la familia de la señora que falleció. Se vulneró el derecho a la dignidad de su hijo, de su familia, de los bogotanos”, dijo.
Mientras tanto, los casos de negligencia que ponen en riesgo la vida de pacientes continúa. Por ejemplo, Raquel Calvo de Niño, de 78 años de edad, ya completa más de siete meses a la espera de que su EPS Comfamiliar le realice una Valvulopatía, una cirugía vascular que ayudaría a que su crisis cardiaca no tenga un desenlace fatal, denuncia la Personería de Bogotá.
Comfamiliar no autoriza dicha intervención y, por lo tanto, no hay fecha aún ni orden de cirugía y sólo le suministra un medicamento para la gastritis (Omeprazol) y otro para el colesterol (Lovastatina).
Pese a las múltiples llamadas de la Personería a dicha EPS, y a que el domicilio de la señora es en Chitaraque (Boyacá), la única vez que contestaron dijeron que la sede que podría manejar su caso está en Neiva, Huila.
Desde hace más de siete meses, cuando fue diagnosticada, ella ha presentado siete recaídas, cada vez más graves. En los hospitales que la han atendido le suministran medicina con la que logran estabilizarla y luego le dan de alta sin ningún otro tipo de seguimiento.
Debido a la negligencia y falta de atención inmediata y oportuna de Comfamiliar, el 16 de diciembre de 2015 la señora Raquel tuvo que ser hospitalizada una vez más en la Clínica Samaritana de Bogotá en donde, a la fecha, está a la espera de un traslado a una institución de IV Nivel para que le practiquen la cirugía, según manifestación escrita por parte de sus médicos tratantes. Su salud cada día está más débil y en graves condiciones.
Incumple tutela
Pese a una tutela del 16 de diciembre, elaborada por la Personería y fallada por el Juzgado 63 Civil Municipal, en la que se ordena dar el tratamiento y los medicamentos necesarios para la epilepsia focal que padece Carlos Stiwar López, de 14 años de edad, la EPS Café Salud no cumple con la orden judicial. El niño, que sufre la enfermedad desde hace 10 años, estaba afiliado a Saludcoop y desde hace cuatro años tiene problemas para recibir oportunamente el tratamiento. Ahora en Café Salud los inconvenientes continuaron.
El medicamento Keppra, indispensable para mantener estable y sin convulsiones al menor, no lo entregan; mas si presenta una crisis por falta del medicamento, la única institución que lo atendería sería la Clínica psiquiátrica Nuestra Señora de la Paz, centro de salud que a la fecha no tiene convenio con Café Salud. Adicional a esto, el menor no recibe los servicios de neurología pediátrica, psicoterapia, psicología y psiquiatría, ya que la EPS dice no tener agenda disponible.
Para completar, no ha sido posible interponer el incidente de desacato contra Café Salud porque los juzgados se encuentran en paro.
La Personería de Bogotá determinó que la falta de una red prestadora de servicios para los afiliados a la EPS Coomeva tiene a miles de sus usuarios sin clínicas, hospitales y centros médicos a dónde acudir, debido a la inexistencia de convenios y contratos con diferentes instituciones prestadoras de salud.
La situación pone en grave riesgo la vida de centenares de pacientes de la EPS que necesitan tratamientos e intervenciones urgentes y que ven vulnerado su derecho a la salud y atención oportuna.
Como si fuera poco, de acuerdo con las quejas de los usuarios a la Personería, antes de acudir en busca de ayuda al ente de control, la mayoría ha tenido que esperar entre 2 y 6 meses para que la EPS genere autorización de servicios y acceda de manera oportuna a los diferentes tratamientos médicos para tratar su patología de base.
La Personería encontró que el mayor promedio de solicitudes presentadas corresponde a usuarios con patologías como cáncer, con tiempo de espera para respuesta que superan los 40 días; menores de edad, con enfermedades congénitas que necesitan tratamiento médico urgente que superan los 42 días de espera; pacientes pendientes por yodoterapia con más de 39 días; los que están pendientes por entrega de medicamentos con más de 48 días de espera y los que están pendientes de valoración por Medicina Nuclear con tiempo de espera que superan los 40 días.
Según las quejas, en muchos casos Coomeva direcciona a los usuarios con autorizaciones a Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) que no tienen contrato vigente y no prestan el servicio de atención requerido.
Estos procesos se encuentran con promedios de radicación que oscilan entre 1 y 3 meses sin respuestas de fondo. Algunos ejemplos de esta situación son la Fundación Cardio Infantil, la Clínica Navarra, el Hospital Universitario San Ignacio, el Hospital Universitario Mayor Méderi y el Hospital Infantil Universitario de San José, que no atienden los casos de atención prioritaria de pacientes que son remitidos en busca de una solución y atención oportuna.
El personero de Bogotá, Ricardo María Cañón Prieto, solicitó a la Corte Constitucional que se declaren inexequibles los Artículos 655 y 658 (parciales) del Código Civil (Ley 57 de 1887), por ir en contravía de la Carta Política pues considera a los animales como bienes muebles e inmuebles; es decir, como objetos o cosas, cuando son seres vivos.
El Código establece en el Artículo 655, que: “Muebles son las que pueden transportarse de un lugar a otro, sea moviéndose ellas a sí mismas como los animales (por eso se llaman semovientes) o sea que sólo se muevan por fuerza externa, como las cosas inanimadas”.
El Artículo 658 indica: “Se reputan inmuebles, aunque por su naturaleza no lo sean, las cosas que están permanentemente destinadas al uso, cultivo y beneficio de un inmueble... Tales son, por ejemplo: …Los animales que se guardan en conejeras, pajareras, estanques, colmenas y cualesquiera otros vivares, con tal que estos adhieran al suelo, o sean parte del suelo mismo o de un edificio”.
La norma quebranta la Carta Fundamental, al atribuirle a los animales una condición de bien mueble e inmueble por destinación, desconociendo su condición de ser vivo y titular de derechos, definición de cosa totalmente extraña al concepto desarrollado por la Corte Constitucional de “Carta Magna Ecológica”, prevista por el Constituyente de 1991 y los instrumentos internacionales ratificados por Colombia.
La cosificación de los animales ha dado lugar a infinidad de abusos a animales silvestres y domésticos, a quienes se las han provocado graves daños y dolores innecesarios como los que ocasiona el juego del tiro al blanco, sentir placer al desmembrar sus partes, ser asesinados, quemados, mantenerlos en cautiverio o someterlos a largas jornadas laborales, entre otras.
Los primeros 6 meses del año 2015, se han reportado cerca de 10.500 casos por maltrato de animales en Colombia, según la Policía. En el país hay 218 especies en estado de vulnerabilidad, 129 en peligro y 60 en peligro crítico.
Exequibilidad condicionada
En la demanda de inconstitucionalidad se solicitó a la Corte, de manera subsidiaria, que si no se declaran inexequibles los apartes de los artículos, se condicione su exequibilidad bajo el entendido de que losanimales son seres vivos, titulares de derechos, con las limitaciones y restricciones razonables contenidas en la Constitución, la normas y la jurisprudencia.
La Personería pidió ordenar al Congreso y a las autoridades distritales y departamentales, que en un plazo no superior a dos años legisle y se expidan los actos administrativos orientados a superar de manera definitiva la desprotección en que se encuentran los animales. Esas normas deben incluir recursos y acciones preventivas, educativas, de socialización y sensibilización, sancionatorias, prestacionales y asistenciales.
Indicó la demanda que equiparar a los animales como simples bienes, es lo que hace posible que matar a un animal indefenso con capacidad de goce y dolor sea igualado a dañar un teléfono celular o una silla, sin que haya una consecuencia jurídica (penal, civil, administrativa, disciplinaria o policiva) acorde a la ofensa y la gravedad de la infracción cometida.